Los monstruos del cine y el mundo real
- Aztlán
- 4 dic 2018
- 2 Min. de lectura
Actualizado: 6 dic 2018
En el mundo del cine existen diversos géneros de películas, entre ellos están el terror y el suspenso. Para muchos aún es complicado encontrar las diferencias, pero se ha llegado a una especie de conclusión en donde las películas de terror están más enfocadas en generar pánico, miedo e inquietud, y las de suspenso buscan mantener un alto nivel de tensión durante el filme.
Últimamente el género de terror se ha envuelto en tramas burdas, con una gran producción, efectos especiales y maquillajes cada vez más elaborados, pero con resoluciones sin sentido, llenas de clichés y screamers que sólo las vuelven predecibles.
En algunas películas, el mal no está representado por demonios, espectros o seres ficticios productos de la imaginación, los monstruos van más allá de una pantalla ya que nos muestran una parte de la realidad cotidiana; son personas que podrían estar caminando entre nosotros y ni siquiera sería notorio.
Personas que podrían parecer comunes pero en algún punto de la trama dan un giro total a su personalidad. Son monstruos de la vida real, que uno podría toparse en cualquier momento y en el peor de los escenarios posibles. Entre secuestradores, asesinos, psicópatas y esquizofrénicos dejan entrever la perversidad de sus mentes y planes para perturbar la tranquilidad de los protagonistas.
Existen varios ejemplos mexicanos como Bajo la sal o Terror y encajes negros, que lo que tienen en común son los perfiles de sus antagonistas, que son el causante de la tensión en la historia.

Estas películas ofrecen una visión más oscura de lo cotidiano y provocan tener un criterio más analítico respecto a la trama. Permiten empatizar mejor con los protagonistas y te generan un estado de inmersión en el que tú mismo eres capaz de sentir lo que los personajes.
Por Montse López
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